Las termitas son unos isópteros y son xilófagos.

Empecemos por “xilófagos”.

Lo que todos entendemos con este término es que se alimentan de madera, pero en realidad se alimentan de celulosa, que se encuentra, entre otros, en la madera y sus derivados, como el papel y el cartón.

La celulosa en un biopolímero, o sea, una cadena larga de hidratos de carbono compuesto por glucosa y es esto, la glucosa, lo que las alimenta.

Las termitas degradan este biopolímero, a través de los protozoos que están en su sistema digestivo con los cuales tienen una relación simbiótica.

 

Existen 2000 especies de termitas.

Las termitas cumplen una función esencial en el medio ambiente, degradando la madera muerta. El problema llega, como en tantos otros casos, cuando estas se encuentran con nuestras construcciones. Es entonces cuando tememos una plaga.

En nuestro territorio, por las condiciones generales de temperatura y humedad, se han desarrollado 3 tipos de termitas.

Cryptotermes brevis Walter.

 Es la especie menos abundante, llegó a la península desde las Islas Canarias. Viven dentro de la propia madera y sus colonias son pequeñas, de 250 a 350 individuos.

Kalotermes flavicollis.

También llamas “termitas de la madera seca”, están mas extendidas y se encuentran mas a menudo que las Cryptetermes, pero al igual que ellas, hacen sus colonias dentro de la madera, aunque el tamaño llega a ser mayor, 1200 o 1500 individuos.

Y las mas común, la que estamos tratando en las fotos que ilustran este texto, Reticulitermes spp. Llama “termita subterránea” puesto que sus termiteros están bajo tierra y son realmente enormes, llegando a 2 millones de insectos.

Tienen una compleja escala social donde cada cual cumple ordenada y estrictamente una función. Existe la pareja real, larvas, ninfas, obreras (80-90%), soldados, aladas y neoténicos o reproductores secundarios.

La salida de la “casta alada” para la reproducción es entre abril y junio. Las aladas salen para formar parejas y crear nuevos termiteros. En un momento idóneo para detectar que hay termitas cerca. Al ver estas aladas es muy común que se confundan como “hormigas voladoras” y no darle mayor importancia al tema, pero es fácil diferenciarlas.

Como decíamos al comiendo, son “isópteros”, esto es un neologismo que viene de unir dos términos griegos “isos” que dignifica iguales y “opteron” alas. Por lo que podrimos traducir isóptero como “alas igual”. Al ver estos insectos alados poco comunes en nuestro jardín o incluso dentro de nuestra vivienda, solo tenemos que mirar sus alas. Las hormigas tendrán 2 juegos de alas, pero serán dos cortas y 2 largas. Las termitas tendrán también 2 pareces de alas, pero las 4 medirán lo mismo. Es entonces el momento de ponerse serios y llamar a un experto.

Otra forma de saber que tenemos termitas.

Son muy sensibles a la luz y al aire, así que jamás las veremos deambular en fila como las hormigas, irán siempre a cubierto. Si bien sus poderosas mandíbulas pueden atravesar incluso muros de cemento si se lo proponen, no lo harán a no ser estrictamente necesario, así que, para llegar a lugares de difícil acceso desde la tierra, construirán túneles de barro que las aíslen, lo cual es una señal clara.

Al contrario que la carcoma que perfora la madera para salir, las termitas trataran siempre de permanecer ocultas, por eso cuando se detecta la afectación, suele ser cuando la madera esta realmente muy dañada.

En el caso que ilustran las imágenes, los propietarios de la vivienda notaron que unas puertas cerraban mal, las termitas se estaban comiendo los marcos, pero no lo relacionar con esta plaga hasta que los daños eran tan grandes que los marcos cedieron.

Eso se debe a que mientras van comiendo la madera, dan pequeños golpes, inaudibles para nosotros, que le sirven para saber el grosor que aun queda hacia fuera y cuanto mas pueden roer. Es común, por ejemplo, ver en madera pintada que esta hueca y solo la capa de pintura tapa las perforaciones.

Tras la oportuna inspección fue evidente que se trataba de Reticulitermes, termita subterránea.

Puesto que la vivienda cuanta con un jardín que la rodea, nuestra sugerencia fue realizar un tratamiento conocido como “cebado a tierra”.

Primero, como es lógico, se debe evaluar la situación, en esto la experiencia es determinante, estamos tratando con seres vivos que no siempre hacen lo que los manuales dicen. Las condiciones especificas de cada situación pueden hacer que algunos hábitos cambien un poco, y ese poco puede hacer que el tratamiento fracase.

Se determinó donde era mejor poner cada cebo y que cantidad y a ello nos pusimos.

Los portacebos a tierra.

La idea es simple pero inteligente, si las termitas buscan celulosa, la procesan y se alimentan de la glucosa que extraen, las obreras que la buscan y todos los demás individuos del termitero, pues pongámosle las cosas fáciles.

Estos cebos se entierran en los lugares determinados tras estudiar la situación, y en ellos se coloca celulosa pura con una pequeña cantidad de biocida. Esto las atraerá, comida gratis y fácil de procesar. Con esto harán el alimento para toda la colonia, menos la pareja reina que come de una manera diferente a las demás.

Inmediatamente el numero de individuos comenzará a descender y las actividades esenciales como la recolección y la limpieza se complicarán.

Las termitas son voraces y en conjunto un ejercito realmente poderoso, pero a la vez delicadas. No solo la luz o la exposición al exterior las mata, también les afectan mucho los ácaros y hongos, gran parte de las obreras se dedican al mantenimiento del termitero. Cuando su numero disminuye, lo primero que se genera en una disyuntiva entre poner a mas obreras a “limpiar” dejando de recolectar o seguir buscando alimento mientras el termitero pierde las condiciones ideales de vida.

Si bien esto comienza inmediatamente después de que empiezan a hacer su alimento que la celulosa de los portacebos, hay que tener en cuenta dos cosas.

Primero lo han de encontrar, no es solo cavar y colocar, insisto, saber donde ponerlos lleva años de experiencia.

Y luego hablamos de cientos de miles o millones de individuos, no será algo rápido. Claro que no hay que terminar con todos, solo reducir el numero lo necesario para que el termitero se vuelva inviable, luego será la propia naturaleza, con hongos y ácaros, la que termine el traba

 

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